sábado, 24 de mayo de 2008

Atrapado en el Vacio

Es el, ese que está ahí, se acaba de despertar, se siente mareado y crónicamente extrañado ya que no tiene idea de donde esta, ese cuarto blanco, sin paredes, sin ventanas, es nuevo para él. Su presencia, su cuerpo desnudo es lo único que hay en aquellas pequeñas cuatro paredes, y un ambiente hostil, aunque no suceda absolutamente nada.

No tiene ningún recuerdo, ninguno, cero, nada. Está desesperado, se ha quedado sin voz de tanto gritar, no sabe si es de día, o de noche, ¿se entiende?, no sabe nada.

De a poco, muy de a poco, empieza a calmarse, no es una calma agradable, para nada, todo lo contrario, simplemente se ha dado cuenta que está completamente solo en su mundo y que no hay nada.

Hoy ha pasado muchísimo tiempo desde aquel despertar, no tenemos idea de cuánto, pero si sabemos que fue hace mucho tiempo. Su pelo esta largo y enredado, su barba totalmente desprolija y su cuerpo mal tratado. Añora la luz, la verdadera luz, y la comida, aunque extrañamente no tiene ni hambre, ni sueño, no tiene nada, su vida es nada, pero no deja de ser vida.

Sus ojos, aquellos ojos que solían ser cálidos, hoy se han vuelto nerviosos, inquietos, totalmente alertas a algo que nunca sucedió.

Se lo nota cansado, pero no es un cansancio físico, si no mental, ha estado demasiado tiempo intentando recordar algo, pero ningún recuerdo vago a llegado, ni el más mínimo, tampoco tiene idea de por qué, ni para qué está ahí, en ese aparente cuarto vacio.

Es el, ese que está ahí, no sabe nada, está atrapado en su presente, ha olvidado su pasado y no tiene futuro, es el, ese que está ahí, solo sabe que estaba enamorado.

miércoles, 21 de mayo de 2008

La Carta Final

Cuando mis abuelos decidieron dejaron su hogar, inicié una búsqueda de objetos antiguos, como recuerdo de ambos.
Revolviendo un gastado baúl en el sótano descubrí un cuaderno, entre otros elementos polvorientos. Estaba mayoritariamente escrito con apuntes de distintas clases, nada en especial, pero algo me llamo la atención, mucho más que cualquier otra cosa… al final de este cuaderno, en la última página, se encontraba la explicación más inteligente de porque el mundo se acabaría en unos pocos días. Era tan clara y concisa aquella explicación que la única duda, o mejor dicho, la duda que me planteé, fue; ¿qué hago yo acá?
Empecé a investigar acerca de porque mis abuelos, más específicamente, mi abuelo, tenía dicho cuaderno, y más aún porque tenían tal explicación, pero desafortunadamente nadie sabía nada y toda persona a la que le mostraba el cuaderno no quedaba tan impactada, simplemente decían: -“Bleh, ¿es de uno de esos viejos?, no les des bola”. Increíble, pero al parecer me encontraba totalmente solo en aunque sea, un simple sentido, un por qué, de aquella nota.
Mi búsqueda fue inútil, ¿acaso simplemente era un juego?, ¿qué es lo que hacía algo así, ahí?, tantas preguntas pueden ser formuladas por unos simples renglones, que me abrumaba. Pero luego recordé, (qué idiota que soy), ¿acaso la muerte de mis abuelos fue ocasional? ¿O un disparo en la cabeza es suficiente explicación de que algo pasaba?, lo que sea, mis padres no estimaban demasiado a mis abuelos, los tomaban por locos, en cambio yo encontraba cierta admiración hacia ellos, había cierta chispa que no se encontraba en toda persona, y una sabiduría nata que los caracterizaba.
Hoy, es el último día de la existencia humana, así que querido lector no haré otra cosa que despedirme y aferrarme a que este cuaderno este equivocado, cosa que no creo. Contaré los segundos, y les diré, que el mundo acaba de terminar.

domingo, 18 de mayo de 2008

Bien venidos sean, a Van Cielo.

Creo que con un titulo tan maravilloso como el que acabo de escribir, alcanza como bienvenida. (?)






Recolecciones pesadas de pequeños fragmentos de nada

Como el beso marchitado y atrapado en las señales de humo, logro escapar de la frecuencia inestable, y me vuelvo constante, e inerte.

Alzando la cabeza y sintiendo la brisa en mi frente, descanso la mirada en la paz y la tranquilidad del enorme alarido del viento, que a pesar de ser desconsolador, hoy le hace bien a mi alma, y mal al pasado.

En su pecho guarda cada recuerdo con su brillo y su aroma intacto desde su estreno, y suele abrirlo por las noches con su llave secreta, para admirarlos, olerlos, sonrojarse, y sentirse perfecto.

Laberinto de escafandra, aranceles rojos se trasparentan con las barandas de la ilusión. Los símbolos de la cristalina agua que reflejan tus ojos en la oscuridad, y que de su destello pueden apreciarse facón de las mariposas aritméticas, guardan en el viento el explorador completo que cubrió el humo.

Llevo mi uniforme cuasi sarcástico e irónico que ha dejado de ver Sol, y ha empezado a ver sombras, al cajón polvoriento dueño de mil arañas.

Me aturden los oídos con cada uno de los perfectos zumbidos que irradia mi corazón, en una de esas palpitaciones que resurgen, renacen, siempre que te siento, acechando.


saludos.